Somos un matrimonio que tenemos una productora audiovisual desde hace más de 20 años. Por la naturaleza de nuestro trabajo, estamos acostumbrados a lidiar con viajes grupales complejos y retos logísticos inesperados. Siempre bromeábamos diciendo que éramos un 80% agencia de viajes, un 15% cafeína y solo un 5% productora.

 

Algo que aprendimos en el camino es que la mayoría de los turistas no descubren realmente las joyas ocultas de cada país; ven mucho, pero conocen poco.

 

Hace un tiempo nos mudamos a España, y lo primero que hicimos fue comprar una motocicleta para explorar juntos sus hermosos pueblos y la historia que encierran. Pronto, varios amigos y familiares se animaron a querer hacer lo mismo y conocer de forma diferente.

 

Nuestro instinto de problem solver se activó, y comenzamos a analizar por qué la mayoría de los turistas del otro lado del Atlántico no se aventuran más allá de los cascos históricos de las ciudades famosas. Identificamos varios obstáculos y, no solo nos planteamos  soluciones, sino que decidimos aprovechar nuestra experiencia en cine y publicidad para diseñar viajes con un hilo narrativo. Así, más que turismo, cada ruta se convierte en un viaje personal dentro de una historia.